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Mi Jueves santo ...


Cuaresma… Semana Santa… Pascua de Resurrección.


Soy Católica, rebelde y fóbica. Me siento aprisionada por la religión pero creo que la espiritualidad es la esencia del ser humano.

Cuando una valora sus raíces, se siente agradecida y no abandona su familia de origen a pesar de que haya construido un nuevo hogar. Soy una mujer fiel a sus amores. Soy una mujer de FE. De fe en un Dios al que me cuesta mucho ponerle nombre propio porque es EL MISTERIO.

Creo profundamente que Dios es presencia amorosa: Dios es amor. Dios es libertad. Dios es Espíritu Creativo que nos habita. Amor vital. Amor personal y comunitario. Relación, vínculo sagrado. Amor de alegría y confianza. Amor de entrega, de renuncia. Amor responsable y comprometido. Amor realista y de acciones concretas. Amor sencillo y potente. Amor gratuito y agradecido. Amor que nutre . Amor que vence toda muerte.

Me gusta sumergirme en el misterio de Dios desde lo simbólico porque creo que es mi manera de compartir el sentido que le doy a la vida. Y porque creo que lo simbólico vivido desde el corazón, da cuenta de lo trascendente y universal.

Por eso creo que este Jueves Santo es una excelente oportunidad para animarnos a meditar sobre la vida que estamos viviendo y animarnos a hacer algo al respecto. Desde una mirada positiva, con la fuerza de nuestros dones…

En un clima de silencio y encuentro conmigo, traje a mi corazón ( allí donde soy habitada por EL) a todas las personas que “lavan mis pies”: los que hacen de mi vida algo bello, los que me cuidan y me curan, los que me escuchan con paciencia amorosa, lo que aguantan mis miserias, los que mantienen mi casa linda, los que me asisten en mi trabajo cotidiano, los que sufren conmigo, los que caminan al lado mío… presencias generosas. Y me pregunté, ¿a quién estoy lavándole yo los pies?

También traje a mi corazón a todos los “sacerdotes” y "maestros": esas personas que me traen a Dios y hacen que lo reconozca en lo ordinario y lo extraordinario, los que me conectan con mis raíces e iluminan los pasos que voy dando, los que me ayudan a madurar en el amor… presencias fieles. Y me pregunté, ¿a quién estoy acompañando yo a desenmarañar la vida?

Quedé rumiando y contemplando el relato de la última cena de Jesús y los apóstoles . Qué sabiduría! Rodeado de sus amigos celebrando la vida!

Eligió quedarse para siempre como alimento sagrado. Alimento para el alma. PRESENCIA VIVA. Alimento compartido. COMUNION. Y volvió la pregunta, ¿de qué me nutro? ¿que experiencias de encuentro vivo hoy? ¿qué , quién me mantiene VIVA, apasionada, deseosa?

Y por último, quede prendida de su dolor en el Huerto, de la injusticia la bronca, el miedo, la soledad y la traición. Ese dolor que (salvando las distancias) padecemos de alguna manera todos. Y traje a mi corazón a todas las personas que se están sufriendo con el deseo que encuentren alivio y sentido a sus penas. Y traje a quienes herí con el deseo de pedirles perdón . Y traje hacia mi a los que me lastimaron y traicionaron con el deseo de perdonarlos. ¿qué lugar tiene la compasión en mi vida?

Ahí me quede sintiendo la limitación y mi miseria. No me quedó otra alternativa que mirar la cruz del altarcito que me inventé y pedirle a Dios que me ayude.


"Dios nuestro,

desplegá las alas de tu Espíritu con toda su potencia y resucitame con vos"


Y me invadió la última pregunta ¿de qué necesito ser resucitada hoy?


Dejé la vela encendida...


Caro

...a puro don... 

 

Solo haciéndonos cargo de quienes somos y con qué contamos, podemos transfor-mar nuestro interior y madurar en el amor. A Puro Don es un espacio que quiere facilitar el camino hacia el propio corazón para vivir desde allí, una vida amorosa, trascendente y sufi-cientemente feliz.

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