La verdad que sana.
Y una mañana te levantaste y te sorprendió una vida nueva llena de mentiras que matan y verdades que sanan porque liberan.
Alguien te sacó abruptamente la alfombra debajo de tus pies con tal brutalidad que te levantó en el aire y ascendiste al infierno dando vueltas y vueltas, intentando agarrarte inútilmente de algo o de alguien pero desaparecieron los límites y la confianza. ¿Te sentiste alguna vez completamente perdida en pensamientos venenosos, llena de preguntas que jamás tendrán respuestas, furiosa, frustrada, dolida, con esa pena que te quema un poco el alma? Acordate que ascendiste al infierno en compañía solo de tus lágrimas porque allí subís solita!!!
Sin embargo cuando una conoce el cielo (aunque a veces el cielo no alcance) comenzás a descender a tu corazón (allí donde estas habitada por el Espíritu y todos tus amores) también dando vueltas y vueltas pero sostenida por la salud, la ceatividad, el deseo, y la fe en lo que viniste construyendo con la certeza que EL AMOR tiene la última palabra.
Y dando vueltas y vueltas y vueltas… volvés.
Volves a otro lugar. Tus dos pies agarrados a la tierra sostienen toda la mujer que sos. Nada es lo mismo. Mujer renovada. Vida nueva. Bendita transformacion.
Pies apoyados en la realidad y la mirada en el corazón. El corazón, una poderosa dimensión olvidada de los seres humanos…
Carolina.