Y si...?
El pajarito le comenzó a carcomer la cabezota. Ni la vista el río, ni la radio a todo volumen, ni las noticias del diario, ni el mate, ni el libro que intentaba seguir leyendo pudieron detener su locuaz intervención de esa mañana:
"Da vuelta la página!"
"Lo intento!"
"Da vuelta la página!"
"No puedo!"
"Da vuelta la página"
"No quiero! No quiero! No quiero!"
"No querés?"
".... no quiero dejar de quererla, no quiero desprenderme de su cuerpo, no quiero dejar de ser su mejor amigo, no quiero que otro ocupe mi lugar, no quiero río sin ella, no quiero que alguien se siente en su silla ni se acueste en nuestra cama, no quiero olvidar sus pasos alegres subiendo la escalera, no quiero un mate sin ella, no quiero abrir mi corazón ni revelarle mis secretos a nadie mas, no quiero despedidas, no quiero borrar su teléfono ni su mail, no quiero olvidarme de su olor, no quiero una vida sin sus abrazos, no quiero caminar sin ella a mi lado , no quiero un mundo sin su risa .... no quiero ....
"Pará! Pará! Pará un poquito... Vos sos un buen lector! Sabes de lo que estamos hablando. Dar vuelta la página es seguir sosteniendo en la memoria la historia como fue escrita hasta el momento (reconozco que venía densa la historia) pero dar vuelta las páginas para seguir leyendo. O ponete escribir una novela perfecta sobre páginas blancas, inmaculadas.
La nueva página cocida en la mitad de un libro, da nueva vida a la historia, aparecen nuevos personajes y oportunidades que le dan el sentido completo. Por delante de las páginas que ya leíste hay un mundo que no conoces todavía! Confiá en el autor que hace magia con los personajes. Tenele paciencia a los protagonistas! Todavía no llegaste al final. Estás por la mitad! Justo por la mitad... es el mejor momento ... "
El lloró y lloró. Casi se ahoga en un río de llanto helado que se le acumulaba en el pecho. Lloraba solo y despacio porque "los hombres lloran, pero poco..."
"Está bien...! si no sabés, o no podés o no querés da lo mismo! Tirá esa historia a la mierda y andá a buscar otra que hay miles... tantos lectores... tantos escritores..."
Agarró el libro y temblando lo tiró a la bolsa de basura. Le hizo un nudo desprolijo y la dejó en la puerta para no olvidarse de bajarla y que el basurero se la lleve. "Esta historia fue suficiente, me aburre, es ardua... necesito una obra interactiva , dinámica, moderna en la cual el lector de alguna manera pueda intervenir. Una obra con final abierto."
Se vistió de deportista y salió a correr, correr, correr , correr transpirando las lágrimas acumuladas. Paró en una librería. Entró agitado y la fue recorriendo con la mirada, acariciando libros. Pasó un rato pensando vaya a saber qué, hombre de poca palabra.
Me llevo éste: "Y si..?" Tiene aproximadamente 50 páginas, no cuenta historias. Perfecto. Es un libro donde uno se tiene que hacer preguntas e ir dibujando respuestas formando un cuento, el que uno quiere. Magia! Lo que le estaba faltando.
"Es para su hijo adolescente? Muy bueno! Lo llevan mucho. Divertido... ¿Viste la nueva edición de "Y después, volvieron a nacer" le comentó en la caja esa chica de ojos negros.
El la fulminó con la mirada...ella enmudeció.
"Me llevo éste". Adolescente yo?, pensó mientras le pagaba muy serio. Mirándola fijo, se le grabaron sus ojos y sus dientes separados. El sabia que iba a volver, pero no por un libro.
Se sentó en un bar a tomar el desayuno y empezó con la dedicatoria: "le dedico este libro a todas las mujeres que me ayudaron madurar en el amor, y especialmente a mi hijo Pedro, que me inspiró a buscar una manera distinta de acompañarlo en su camino a ser un hombre, amante y amador."
Capitulo 1:
Caro Capurro.