Sin razones
Esta mañana recuperó esa experiencia de "gratuidad" que tiene el amor. Abrazarse desde el alma , provoca un sentimiento carnal y espiritual tan potente que es imposible acertar con las palabras. Le gusta encontrarse vibrando con todo su cuerpo. Ama ese abrazo.
No tiene razones , ni argumentos porque la cabeza se la olvidó por ahí.
Le gustan las cosquillas que aparecen cuando el la sujeta por delante y por detrás envolviéndola con su cuerpo, impetuoso. Le gusta el olor y calor de su piel, su aliento. Reconoce esa respiración agitada en la nuca, sus besos lentos en el cuello. Escuchar que es una Reina! ... y que es la mas linda!
Le gusta sentirse atrapada entre ese cuerpo que conoce tan bien y la cama que los contiene. Y sentir con todo su ser como explota el universo por segundos... !
Ama la desnudez entrelazada , los pies amarrados a los suyos y esa bendita incomodidad de no poder moverse como se le da la gana! Y la caricia agradecida. Y el cansancio.
Ama la seguridad que encuentra en ese lugar del mundo, limitada, sostenida, amada! Es un espacio sagrado que creía haber perdido. Confía, se desprende del miedo, y se entrega desparramándose sin vergüenzas. Sabe que después del abrazo apretado hay libertad para ser y para crecer… que la distancia y la soledad también son necesarias para ser feliz… Reconocer que cada uno abraza como puede y a su tiempo, también eso le va gustando! El silencio que se interrumpe por el susurro de la caricia, la habilidad curativa de la ternura que parece decir, “te quiero con todo: con tus cielos y tus infiernos”.
No le importa si perdonaron. No le importa si se olvidaron por un tiempo de quererse , curarán las heridas si todavía pueden hacerse bien.
Se despierta lo dormido! Recuperó la ilusión y la alegría de amigarse con la vida que fluye renovada, serena, sin expectativa.
Pero lo que mas la conmueve es como el cuerpo salva y sana porque nos "re-une", y como la creatividad abre posibilidades y el esfuerzo vale “las penas”.
Recuperar un lugar que que creía perdido la llena de gratitud, volver a sentirse segura en el hueco de su abrazo es una gloria, un regalo y fruto del hacer hecho de a dos.
¿Entonces? ¿por qué no darse una oportunidad...?
Caro Capurro