MADRE
Para ustedes, dolientes de abrazo materno,
la muerte nunca tiene la última palabra!
Ese cuerpo del que fui parte, ese cuerpo que me dio la vida , me arropó, me nutrió gratuitamente se desprendió de mi con dolor y gratitud serena. Por momentos fuimos tan una; otros tiempos nos separó una distancia creativa, y a veces se instaló la ausencia. Fui amada … Aprendí de ella a ser amadora: MUJER.
Aprendí a estar, a permanecer, a ser espacio de integración y reconciliación. Soy un fruto maduro que celebra mis raíces, deseosa de seguir andando . Mis pies descalzos. Te honro, te despido reclinando mi cabeza, cuerpo materno…
y te acojo mas viva que nunca, Mamá , en el alma que no tiene tiempo ni forma porque es el hogar del amor eterno.
Caro Capurro