Su-fi-cien-te... ni mas, ni menos. ( a Oli)

Ella se iba a curar a como de lugar! Ella maravillosa. Niña. Sostenida , contenida, acompañada pero ella . Ella decidía. Siempre fue ella y su elección de ser suficientemente feliz. Inteligencia y voluntad. Arrebato de pasión. Ella amor, envuelta en amor (del bueno!) y confianza. Mucha confianza. Ella atravesando infiernos para llegar al cielo (del infierno no se salvó nadie).

Antes de dar el portazo, se dió media vuelta y desde las entrañas les gritó:

“ Vos podes todo, mamá? Sos la súper mujer? Acaso vos no te excedes en nada? Acaso sos tan ordenada? Sos medida? Sos equilibrada? Tenés la verdad revelada y la palabra justa en tu boca? Hacés todo bien? Dejá de llorar, si no todooooooo es culpa tuya mamá! Dejáme a mi... no necesito mas canciones de cuna. Porque no te ocupás de lo tuyo y soltás a los demás? Dejame de joder mamá! Comprate una vida, vieja egocéntrica!!!”

“Y vos ahí parado como si no tuvieras nada que ver, con cara de perrito mojado? Mirando la vida como si fuese la película de otro! Te crees todopoderoso, tratando de contener y entender a todos menos a vos? Querés recibirte del mejor padre y marido del mundo? Vos dónde estas papá? Detrás de quién te escondés? Dónde esta tu palabra? Dónde tu grito salvador? Te estas dando cuenta que “lo que ves, no es” aunque vos no los quieras aceptar? No sentís que duele mucho aunque lo intentes evitar? Es desgarrante papá. Por favor comprometete con la vida que el otro existe narcisista!!! ”

Finalmente, arrastrando su valija , dió un portazo y se fue.

Ellos se desplomaron en el sillón.

Mudos. Destrozados. Enojados. Dolidos. Reflexivos. Desesperados por encontrar la manera de ayudar a su hija. Sus manos se entrelazaron , queriéndose … si miraban queriéndose querer mas… se acompañaban queriendo madurar en el amor. Los envolvió un silencio demoledor. Se les escapaban las certezas .

El silencio se hizo un mundo … él la culpaba, ella lo culpaba, su hija los culpaba, sus hijos los culpaban … y … se liberaron de las culpas haciéndose responsables. Adultos. La culpa es hermana del resentimiento y pesa demasiado. Se perdonaban y trataban de acertar alguna salida. Encontraron un silencio cómodo y fértil. Aprendieron a hacerse cargo de lo propio, suficientemente.

Y las palabras se hicieron un mundo… consejos, juicios, etiquetas, argumentos, explicaciones, justificaciones… y las defensas? Las defensas se fueron derribando y se fueron conociendo mas. Comprendieron. Se fueron comprendiendo.

Todos caminando hacia el propio corazón, sendero complejo y doloroso. Se fueron conociendo, nombrando, aceptando, integrando. Aprendieron a hacerse cargo de lo propio, suficientemente.

Y las acciones se hicieron un mundo… los gestos de amor y ternura, el hacer creativo. Sostenidos... acompañados. De la mano de un otro, siempre.

Y Ella volvió. Una mujer buena, muy buena. Bella, por dentro y por fuera. Su corazón y su cabeza comenzaban a ser uno. Ella, poeta. Ella, honesta y valiente.

Y todos volvimos gracias a ella, cada uno a su lugar. Transformados. Ruta sagrada la que sale el del ego y llega al alma.

Del pegoteo a la distancia justa. Del mal estar al estar bien. De la enfermedad a la salud. De la mentira a la verdad. De la locura a cordura. De la confusión a la lucidez. Del desorden a la armonía.

Y siguieron andando...

Del exceso a la media (la propia, la de cada uno)… suficientemente felices! Suficientemente... para seguir madurando...

Caro Capurro