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El último cigarrillo (a TA)

El último cigarrillo.

Aunque no quieras oírme, T.A

Son las tres de la mañana. De visita el insomnio. Ladrón de sueños. La inquietud despliega sus tentáculos estrangulándome con preguntas y pensamientos tóxicos. Enredos de desnudez y almohadas. Me revuelco en la cama que quedó para mi sola. Un desierto. De costado hacia la derecha, a la izquierda, boca arriba, boca abajo. Arropada por el edredón blanco inmaculado me escondo para llorar suavecito ( nadie tiene que escuchar la letanía). Posición fetal y me abrazo a mi misma con fuerza. No hay guarida posible. No se siente el alivio. No me alcanza el cuerpo. Quizás me sobra. Es inútil. No hay mas certezas. Sé que por algún lugar de la casa habrá un cigarrillo que alguien no fumó. Yo dejé de fumar pero estoy sola. Sola como cuando vos estabas y no. Reviso cajones y me acuerdo haber visto un paquete en el cuarto de ella, la que se fue a vivir con el padre. Queda uno en el atado. Tiene mi nombre. Pero “Fumar trae cáncer” digo. Y si, de cáncer morimos todos, hasta nuestros vínculos, metástasis terminal. ¿Qué necesidad? ¿Qué terquedad la de hacerme daño a mi misma si soy yo quien tiene que salvarme? No debo fumar en mi cuarto. “Mamá por favor no fumes adentro, es un asco” ¿Y ustedes? No tomen, no manejen borrachos, saluden cuando lleguen, avisen si vienen a comer ( es feo esperar) , colaboren con el orden, laven los platos, háganse sus camas. Ellos no escuchan, no quieren vivir en un regimiento. Yo tampoco.

¿Porqué no voy a fumar a dónde se me de la gana? Esta es mi casa ahora, no es un hotel. Ahora digo, porque era nuestra . Hace mucho frío y el rocío. Acabo de salir de una gripe que me dejó sin ganas. Que bueno tener una excusa para quedarse adentro de la cueva. ¿Dónde habrá un encendedor? Todo me roban estos pendejos. Encuentro una cajita de fósforos en el estante que uso para prender las velas a Dios. Yo rezo. Rezo para que aliviar mi angustia. Rezo para pedir una nueva oportunidad. Mentiras. Rezo porque soy hija. Ruego porque creo en la magia o el milagro que nos regala nuestro padre todopoderoso. La llama de la vela grita por mi. Un día voy a provocar un incendio que lo queme todo, todo, todo y ahí si.

Salgo a mi patio. Es mi lugar. Un santuario lleno de suculentas ( como yo) y flores en dos metros cuadrados. Veo el cielo iluminado por millones de estrellas. No encuentro la mía. Seguro el también la está buscando. La suya, pienso. Me hipnotiza el brillo de la media luna . Bella, sola y se basta a sí misma. Me da envidia . Quizás ella sea también una mentirosa. Prendo el cigarrillo. Me da asco y lo fumo igual. Son minutos en los que dejo de pensar. Detrás del humo me escapo por un instante del tiempo de las vergüenzas pero al rato se me caen encima.

Me aterra darme cuenta, cómo la lucidez sobre mi misma no me ha servido para salvarnos, menos aún todavía para liberarme. Tarea malograda la de conocerme . Mis pies descalzos se están congelando. ¿ quien me creí yo para profesar que el amor es eterno? Soy un punto en el universo. Un punto casi invisible que va a desaparecer. Ser solo un punto microscópico con los días contados me causa espanto. Un pájaro noctámbulo me distrae con su canto ¿Soy una inagotable buscadora o una esperadora compulsiva? Se volaron todas las mariposas nocturnas a través de mi ombligo . Ya no creo que revoloteen en mi pecho haciéndome cosquillas cuando lo miro, cuando me toca.

Es la soledad mas cruel. Perder su risa , un castigo. Busco ojos, busco manos, busco bocas, busco hombros robustos y no lo encuentro. Se esfumó. "¿Qué hiciste con lo que te di?" Lo perdí por el camino Señor, lo busqué frenéticamente pero ya no lo encontré. Perdón. Intenté derrotar la tristeza con el gozo. No fui capaz. Se enredó la historia con el cansancio. Suspiré la culpa para que el diablo no pueda llevarse mi alma. Por eso fumo, para exhalar la culpa de no haber visto ni oído. Una vez, dos veces, y mas… ¿Y si el pasado fuera diferente?

Las lágrimas no se cansan. Éramos mucho fuego. Soy un animalito olfateando las huellas de un cuerpo muerto que arrasó el incendio. Corro a la cocina como si me persiguiera algún fantasma . Necesito un vaso de vino. Y otro. Y otro. La sed no se colma , es como el hambre. Esta casa está abandonada. ¿Cómo es que no me di cuenta de tanta humedad en el techo? ¿Que haría si volviera? Espero y espero y espero contra toda esperanza. Que me mire hondo y me devuelva ese lugar en el mundo. No hay injuria mayor que sentirse nadie. No me ve. No existo. No soy.

Eso soy , nadie, despojada de su mirada. Nadie, una gota en el océano de miles de años. ¿quién me salva? Elijo ser devorada , me enloquece el abandono y la hambruna. Lo quiero aunque sea condenada de irracional, excesiva e idealista. Loca. Lo quiero aunque sea injusto.

Es vital. Es urgente. Un baile lento y mi cara hundiéndose en su cuello empapado de sudor y perfume. La mirada que me confirma única a sus ojos. Si , dije única. La mirada de antes. ¿Antes de qué? Las caricias, los besos sin tregua, el abrazo sanador. El cuerpo a cuerpo con un hombre que junte los pedazos y le de borde a mi figura. El no es cualquier hombre, o si. Vuelvo al frío de mi patio. El insomnio y mi deseo de ser habitada. El insomnio y el misterio de lo efímero. El insomnio y su nombre. El de nadie mas. Mi cuerpo fue hecho para él. Pero el no sabe. El no puede.

Ni siquiera me miró cuando se desabrochaba y dejaba caer nuestra vida, la mía. Cerró la puerta de un portazo y no ojeó para atrás. ( maldita costumbre que tienen algunos de darte por muerta) ¿Entonces? Yo al borde de la muerte. ¿Y él? El no quiere. El con ella. Con otra única ella.

Soy ridícula y dramática, me pienso con bronca. Es que me gusta la entrega. Es adictiva. Me gusta esa que fui con él. ¿Cuándo se rindió de ser quien era? Hay otra que también soy, pero en este momento está despistada. Se emborrachó de nostalgia. Si solo por hoy, borracha de nostalgia. Y se fugó con un tango. Ya va a volver.

Hay que aprender a perderse y encontrar un camino nuevo para retornar a casa. Penetro en la realidad con toda desmesura , cursilería y palabras empalagosas. Entiendo la poesía y las canciones de amor. Todo se hace ilusión en mi desvelo. Quiero verlo abrir la puerta arrepentido. Quiero recibir un mensaje de texto con corazones. Quiero escucharlo decirme que me extraña mucho pero mucho. Quiero abrazarlo y que no me deje ir. Y hacer el amor en una cama de 90 cm. Quiero que me busque hasta el fondo mas fondo de mi cueva. Estoy perdiendo la cabeza . Voy a intentar dormir, digo, VIVIR! Voy a intentar vivir! Extraño su risa, y su mirada, y sus manos. No queda mas vino, ni cigarrillos, ni cielo… solo un colchón sin plumas. Mañana compro otro.

Me pregunto si el amor no estará sobrevaluado.

Caro Capurro


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